Dando lo mejor de nosotros

🎙️ Podcast: Dando Lo Mejor de Nosotros

Bienvenidos a este espacio de reflexión, donde exploramos el llamado divino a entregar lo mejor de nosotros. Hoy, nos sumergimos en una historia que ha conmovido corazones por generaciones: el momento en que Dios le pidió a Abraham lo más preciado que tenía… su hijo Isaac.

📖 Génesis 22:1-13 nos muestra a Abraham enfrentando una prueba que parecía imposible. Isaac no era solo su hijo, era el hijo de la promesa, el cumplimiento de años de espera, fe y esperanza. Y sin embargo, Dios le pidió que lo ofreciera. ¿Por qué? Porque Dios llama a sus hijos a entregar lo mejor. No lo que sobra. No lo que es fácil. Lo mejor.

Pero esta historia no termina en sacrificio. Termina en provisión. En el momento más crítico, Dios provee. Y en ese acto, nos revela algo profundo: lo que colocamos en el altar de Dios… no se pierde. Se transforma. Se multiplica. Se convierte en bendición.

🕊️ Dios también dio lo mejor de sí. Como dice 2 Corintios 9:15: “¡Gracias a Dios por su don inefable!” Ese don fue Cristo. El regalo más grande, más puro, más transformador. Si Dios no escatimó lo mejor, ¿cómo no vamos nosotros a responder con lo mejor de nuestro amor, nuestros dones, nuestro trabajo, nuestra lealtad?

💡 Dios sigue llamándonos hoy. Nos llama a entregar lo mejor de nuestro corazón. Lo mejor de nuestro tiempo. Lo mejor de nuestra fe. Porque en ese acto de entrega, descubrimos que nada se pierde. Como Abraham, aprendemos que lo que se coloca en el altar de Dios se multiplica.

📜 Génesis 22:17 nos recuerda la promesa: “Te bendeciré en gran manera, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar.” Esa es la recompensa de la entrega total.

🍞 Un vaso de agua, un pedazo de pan, una búsqueda sincera… todo tiene recompensa. Mateo 6:33 nos lo dice: “Busquen primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.”

🌍 Abraham recibió lo mejor de Dios: un pacto eterno, bendiciones materiales, y una promesa que alcanzaría a todas las naciones. Y nosotros también podemos recibir lo mejor de Dios. Efesios 1:3 lo afirma: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.”

🎧 Así que hoy, mientras escuchas estas palabras, te invito a preguntarte: ¿Qué es lo mejor que puedes ofrecer? ¿Qué parte de tu vida necesita ser colocada en el altar?

Porque cuando damos lo mejor… recibimos lo mejor. No por mérito, sino por gracia. No por obligación, sino por amor.

🪔 Y si alguna vez dudas, recuerda esto: Dios no pide lo mejor para quitártelo, sino para revelarte algo mayor. En cada entrega hay una promesa. En cada renuncia, una revelación. Y en cada paso de fe… una bendición esperando ser descubierta.

Gracias por acompañarme. Que esta reflexión te inspire a vivir con entrega, con fe, y con la certeza de que Dios nunca se queda con nada sin multiplicarlo.

 

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