Pero justo ahĂ, en ese callejĂłn sin salida, en ese preciso momento es donde tenemos que aferrarnos a las escrituras, el texto de Romanos 5:1–5 cobra vida y nos sostiene, no como una lecciĂłn que debamos de memorizar, sino como algo que se debe de asimilar a uno mismo, como un susurro suave como un eco que se repite asĂ mismo en nuestros oĂdos, y que nos sostiene cuando todo parece desmoronarse:
“…la tribulaciĂłn produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza…”
La perseverancia es ese puente invisible entre la fe que nos impulsa a caminar sin saber cĂłmo y la esperanza que nos espera en el otro lado del camino. Es lo que nos mantiene de pie cuando sentimos que ya no podemos más. Que nos da la energĂa para como dice la escritura… poder dar la milla extra.
Abraham no solo saliĂł con fe. LlegĂł. Su viaje no fue perfecto, pero fue perseverante. TenĂa un llamado, una promesa, y aunque no sabĂa todos los detalles, siguiĂł caminando. Su historia nos recuerda que la vida espiritual es eso: salir, avanzar, llegar.
⏳ Dimensiones de la perseverancia
No mirar atrás
📖 Lucas 9:62 “Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.”
El pasado puede convertirse en una trampa si lo usamos como excusa. Perseverar es mirar hacia adelante, aunque el camino sea incierto.
Vencer la amargura 📖 Romanos 12:21“No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.”
La amargura es enemiga de la perseverancia. Cuando el dolor nos acorrala, es fácil caer en el resentimiento. Pero el llamado es a seguir haciendo el bien, incluso cuando no vemos resultados.
🗣️ “Como el perro que vuelve a su vĂłmito…” Una imagen dura, sĂ. Pero nos recuerda que volver atrás es perder el terreno ganado.
đź§± Fundamentos bĂblicos que nos sostienen
Constancia 📖 1 Corintios 15:58 “Sed firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre…”
Resistencia 📖 Hebreos 12:1 “Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante…”
ÂżCĂłmo podemos cultivar una fe que resiste, que insista, que no se rinda?
Este no es un llamado a ser fuerte por orgullo. Es una invitación a ser sostenido por la gracia divina, a caminar aunque duela, con dolor seguir hacia adelante, nos mueve a confiar lo que no se puede ver. Porque si Dios te llamó, Él te va a llevar a donde quiera que tu llegues, ni mas lejos ni mas cerca.